Bien está lo que bien acaba, y en este caso acabó extraordinariamente bien. La Selección Española de Baloncesto subió a la cumbre europea, y ese sin duda es su lugar.
Los últimos partidos de la selección española han sido memorables, un deleite para todos los aficionados, y mucha tela para debatir entre los entrenadores en tertulias y corrillos, comparando y buscando claves entre esos buenísimos partidos de la segunda fase y los malos y desconcertantes de la primera fase.
Con mucho riesgo de equivocarme me atrevo a exponer en esta entrada algunos de los motivos que entreveo del cambio total de la Selección Española de una fase a otra.
LOS HECHOS
Creo que para todos los que hemos seguido los partidos ha sido más que evidente lo siguiente:
Los últimos partidos de la selección española han sido memorables, un deleite para todos los aficionados, y mucha tela para debatir entre los entrenadores en tertulias y corrillos, comparando y buscando claves entre esos buenísimos partidos de la segunda fase y los malos y desconcertantes de la primera fase.
Con mucho riesgo de equivocarme me atrevo a exponer en esta entrada algunos de los motivos que entreveo del cambio total de la Selección Española de una fase a otra.
LOS HECHOS
Creo que para todos los que hemos seguido los partidos ha sido más que evidente lo siguiente:
Una primera fase desastrosa, que produjo pánico entre los aficionados, “es increíble, que mal se juega, así volveremos a casa pronto”.
La Selección jugaba triste, lenta de reflejos en ataque y en defensa, nadie parecía saber que hacer, parecíamos débiles, sin ideas, y fallones.
Nos clasificamos en cuarto lugar y gracias. Hasta aquí todos desorientados, y todos buscando soluciones, reuniones de alto nivel, (que si trascendieran podrían aclarar más las cosas), reuniones de vestuario, etc...
Una segunda fase, donde ya vimos a España como realmente es, atacando con desparpajo, defendiendo con una intensidad que atribulaba a los oponentes dejándolos desarmados.
Ya no hubo más rivales temibles, se pasó por encima de ellos como una apisonadora, y se conseguía el trofeo más negado, y se conseguía con una autoridad desconocida en todos los campeonatos europeos.
Ya no hubo más rivales temibles, se pasó por encima de ellos como una apisonadora, y se conseguía el trofeo más negado, y se conseguía con una autoridad desconocida en todos los campeonatos europeos.
Y POR FIN ESPAÑA ORO EUROPEO, CAMPEONA DE EUROPA DE BALONCESTO.
LAS POSIBLES CAUSAS
LAS POSIBLES CAUSAS
El cambio tan repentino observado en el juego del equipo español, sin duda no ha sido debido a un milagro del Santo Patrón del Baloncesto, (no sé quien es), mas bien todos los aficionados tenemos en mente algo que puede explicar lo sucedido.
Por mi parte, coincidiendo con algunas opiniones de otros entrenadores, creo que entre otras causas ya expuestas u ocultas están las siguientes:
-Adaptación (a tiempo) del entrenador a la “idiosincrasia” (peculiaridad, característica, rasgo, carácter, personalidad, temperamento) del grupo que forma la Selección.
No hay duda que Scariolo es un gran entrenador de club, es de los que trabaja duro, tiene amplios conocimientos y una filosofía o impronta que transmite a sus equipos, y que le suele dar muy buenos resultados, pero la Selección no es un equipo de club y el seleccionador no dispone de tiempo para actuar como un entrenador de club.
Hay otro motivo más importante, que tiene que ver con algo más profundo, tiene que ver con los patrones de juego del baloncesto actual, como dice mi amigo Luis Fernández, "El Baloncesto es cada vez más Acción – Reacción”, ya no sirven tanto los sistemas más a menos estructurados donde el entrenador juega al ajedrez, hoy las piezas han cobrado vida y no tienen movimientos fijos, tienen talento para decidir que hacer después de una reacción defensiva ó de ataque del adversario, y no sólo en el plano individual, también en el colectivo.
No hay duda que Scariolo es un gran entrenador de club, es de los que trabaja duro, tiene amplios conocimientos y una filosofía o impronta que transmite a sus equipos, y que le suele dar muy buenos resultados, pero la Selección no es un equipo de club y el seleccionador no dispone de tiempo para actuar como un entrenador de club.
Hay otro motivo más importante, que tiene que ver con algo más profundo, tiene que ver con los patrones de juego del baloncesto actual, como dice mi amigo Luis Fernández, "El Baloncesto es cada vez más Acción – Reacción”, ya no sirven tanto los sistemas más a menos estructurados donde el entrenador juega al ajedrez, hoy las piezas han cobrado vida y no tienen movimientos fijos, tienen talento para decidir que hacer después de una reacción defensiva ó de ataque del adversario, y no sólo en el plano individual, también en el colectivo.
¿Todo esto quiere decir que el entrenador tiene poco que hacer?, que se lo pregunten a Pepu Hernández, creo que él entendió y marcó el camino para dirigir la Selección, Pepu realizó un trabajo prodigioso, sutil y efectivo, con el que consiguió aunar el ego y el grandísimo talento de nuestros jugadores, sin asfixiarlos ni dentro ni fuera de la cancha, y eso no lo hace cualquiera, se precisa algo más que ser un mero entrenador, creo que el maestro Aito lo entendió enseguida, y a Scariolo le ha costado un poco más.
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