En esta entrada me gustaría exponer algo que me preocupa desde hace algún tiempo, que está relacionado con mi manera de ver el baloncesto y que creo que comparten muchos entrenadores.
Partido de Euroliga: Real Madrid - Panathinaikos. Me dispongo a verlo con ganas y toda la atención posible y al poco tiempo me doy cuenta de que voy a ver poco de baloncesto y si mucho de una mezcla de lucha libre y de boxeo, muy mal rollo entre los jugadores, desplantes, amenazas e intentos de agresión. Y sigo todo el partido sin ver baloncesto. Dos de los mejores equipos y dos de los mejores entrenadores, y nada de juego.
Me vienen a la memoria unas palabras de Scariolo en la charla que impartió en la copa del Rey de Zaragoza, "En el aspecto defensivo, que por supuesto afecta al ataque y por extensión a todo el baloncesto, la tendencia la marcan los árbitros".
Esto que dijo Scariolo es exactamente lo que pasa en este partido comentado, los árbitros de Euroliga que lo pitan están pasando de golpes, agarrones etc., están interpretando el reglamento de una manera que imposibilita jugar a baloncesto. Lo que ví es algo que no me gusta nada. Algo diferente al baloncesto. Además, si pudiera, no dejaría ver a mis jóvenes jugadores este partido. Creo que es un malísimo ejemplo para ellos en todos los sentidos.
Alguien podrá decir que los entrenadores también tienen culpa, pero quien va a convencer a Obradovic u otros entrenadores, que pugnan por sacar ventaja para su equipo de donde puedan y le dejen, que no jueguen al limite de la falta. No están para juzgar, están para ganar con lo que se les permita, y si no lo hiciesen estarían seguramente en inferioridad. Son los árbitros los que marcan los limites y los que deben aplicar el reglamento de manera que se pueda jugar con limpieza.
He notado que esta tendencia está más acusada en la Euroliga que en ACB, aunque aquí también sucede a menudo.
Creo que algún estamento oficial debería reconducir esta tendencia por el bien del baloncesto, que hasta ahora, entre otras cosas, destacaba por ser un juego donde la deportividad y buenas maneras eran prioritarias.
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