En dicho articulo, con
una sobriedad no exenta de una gran claridad, Sanchis realiza unas
reflexiones sobre la responsabilidad e influencia de los entrenadores
en el desarrollo y aplicación del talento del jugador (en este caso
de fútbol, pero todo el articulo es aplicable a los entrenadores de
cualquier deporte colectivo).
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Manuel Sanchis Hontiyuelo |
Transcribo aquí
algunas de esas reflexiones porque creo que son muy importantes, tanto
para los entrenadores que trabajamos en la base como para los de
equipos profesionales.
Opinando sobre el
cambio de las circunstancias en las que habitualmente un jugador
desarrolla su talento con acierto, dice lo siguiente:
Con el cambio medioambiental (que afecta al jugador), el talento ni se crea ni se destruye, pero si se transforma y puede ser que el resultado final no sea el perseguido.
Sobre el tema de la adaptación o no, del equipo (y al jugador con talento dentro de él) a la filosofía del entrenador, expresa lo que sigue:
Siempre he considerado que la plantilla está un peldaño por delante de la táctica en la cadena decisoria.
Me explico. Los entrenadores al llegar a un nuevo equipo, intentan comunicar e implementar automatismos que vayan configurando una forma de jugar afín a su filosofía de juego.
El problema es que el ideal no existe, y difícilmente, sobre todo al principio las características de la plantilla coincidirán al cien por cien con sus necesidades.
El talento da margen, ilusiona y crea mucha expectativas, pero su portador, un jugador, acaba teniendo su propio criterio, fundamentado en lo que le ha ido bien, y por supuesto también en lo que no.
Se puede caer en la tentación de intentar encajar todas las piezas, sí o sí, a martillazos. Resultando un desastre.
El cuidado ubicación y aprovechamiento del talento de cada uno de los jugadores es una de las habilidades que más valoro en un entrenador.
Me encuentro entre los entrenadores que suscribirían sin duda las reflexiones de Sanchis. Y en lo que respecta a los que trabajamos en la base, estoy convencido que no solo debemos tener prioridad en el cuidado, ubicación y aprovechamiento del talento, si no de manera decisiva en su desarrollo.
No podemos fallar en
esto, son muchos los jugadores con verdadero talento que se
pierden para el baloncesto, por no empeñarnos en darle lo que
necesitan, por no poner interés en conocerlo o por no apartarnos de
nuestro ideal de juego.